viernes, 17 de julio de 2009

¿Qué aprendimos?

Luego de haber trabajado durante todo el ciclo con el mismo grupo de personas; de haber conversado con gente que nos contó sus experiencias y de haber indagado en lo que es el alcoholismo realmente, podemos decir que hemos aprendido bastante.

Como dijimos al principio del blog, el tema del alcoholismo es muy común hoy en día y además, es algo que puede sucederle a cualquiera, incluso a gente de nuestra edad, como pudimos ver en algún momento. Asimismo, como ya hemos dicho, la mayoría del grupo está conformado por personas que estudiamos psicología, por lo que hemos podido reforzar mucho de lo que hemos visto en otros cursos.

En general, hemos aprendido que el alcoholismo es algo que puede sucederle a cualquiera y que, además, es una enfermedad más que un problema y que puede controlarse de manera que las consecuencias del mismo no sean devastadoras. También hemos aprendido que el tema de salir del alcoholismo es mucho más difícil de lo que en algún momento pudimos llegar a pensar. Hemos podido identificar, clara y concisamente, cuáles son las dificultades que una persona enfrenta al tratar su alcoholismo y hemos aprendido que es una tarea que requiere de mucha paciencia, fuerza de voluntad y, además, del apoyo de las personas a las que uno quiere.

jueves, 16 de julio de 2009

LA LEY DE CONTAGIO EN ANDENES

Según Joseph Frazer, el pensamiento sobre el que se funda el pensamiento mágico se divide en dos leyes: la ley de semejanza y la ley de contacto o contagio.
Frazer adjudica ciertas características a ambas leyes para determinar la manera en el que se forja este pensamiento.
La primera ley, la ley de semejanza, se refiere a que lo semejante produce lo semejante. Con esto, se quiere decir que los efectos semejan a sus causas. Se deduce que se puede producir el efecto deseado simplemente por imitarlo. Los resultados o encantamientos basados en esta ley se conocen como magia homeopática.
El tipo de magia fundada bajo esta ley se ha utilizado a través de todas las épocas para dañar o destruir a un enemigo. La idea es construir una imagen de la persona que se quiere dañar, una representación de ella, una muñeca o un dibujo. A partir de esta representación se le hace daño a esta representación. Se quema el dibujo, se le clava o corta partes a la muñeca. La suposición es que al hacer esto con una representación de la persona temida, u odiada, por semejanza, a esa persona le sucederá algo muy parecido.

En cambio, la ley de contacto o contagio, la que nos interesa en este caso con las personas que son tratadas en el centro ANDENES, nos dice que las cosas que una vez estuvieron en contacto, aún después de estar separadas, todavía tienen una fuerte relación entre ellas. Se deduce que un objeto afectará de igual modo a una persona con quien estuvo en contacto, haya o no formado parte de ella. A los encantamientos fundados en base a esta ley podrían denominarse magia contagiosa o contaminante. Un ejemplo en que se ve claramente este tipo de pensamiento mágico es en los aborígenes del sur de Australia, que creen que un hombre puede ser herido enterrando fragmentos de cuarzo, vidrio y otras cosas así en la huella que dejó su cuerpo acostado. Es decir, la huella que dejó la persona y su cuerpo se cree todavía que están conectados.

Este tipo de pensamiento, fundado sobre la ley de contagio o contacto de Frazer, podemos observarla en aspectos de la ideología de ANDENES. En primer lugar, ellos tienen la idea de que, en vez de llamar al alcoholismo adicción, se le conoce como apego. Apego, como ya mencionamos antes, a sustancias, comportamientos o emociones. Entonces, la tentación de este apego nunca desaparece. El alcoholismo resulta en una enfermedad que dura por el resto de la vida de las personas, es incurable. Sin embargo, sí es manejable y ese es el objetivo que los alcohólicos deben alcanzar: poder controlar su necesidad de tomar, aunque ésta no desaparece.
Por el tiempo en el que estas personas han estado sumergidas en el apego que tienen por el alcohol, antes de darse cuenta de que tienen un problema, han estado en constante contacto con el alcohol debido a que fuerte necesidad de tomar todo el tiempo.

Cuando ingresan al centro y deciden que no volverán a tomar, según la ideología de ANDENES y en congruencía con la ley de contagio de Frazer, la relación que ha tenido la persona con el alcohol persiste a pesar de que ya no está en contacto con él. Es por eso que se dice que esta es una enfermedad incurable: el alcohol resulta siempre impactando de la misma manera a la persona por más que el contacto entre él o ella y el alcohol ya no exista.

miércoles, 15 de julio de 2009

Para efectos de mantener el anonimatode la entrevistada, su nombre ha sido cambiado. Además, por la misma razón no pudimos grabar la entrevista, aquí está lo que conversamos:
Nombre: Rosa
Edad: 64 años

E: ¿Hace cuánto tiempo que dejaste de consumir alcohol?

R: Bueno, hace aproximadamente dos años.

E: ¿Qué pasó en tu vida para que decidieras dejar el alcohol y empezar a tratarte?

R: Pasaron muchas cosas antes de que yo me diera cuenta de que tenía un problema. Mi esposo compartía el mismo vicio que yo entonces era difícil darnos cuenta que ambos compartíamos un problema. La verdadera razón por la que dejé de consumir y me traté en andenes fue porque mis hijos ya no confiaban en mí y se rehusaban a dejarme a mis nietos; yo estaba mucho más irritable y casi siempre me quejaba de que no me comprendían. El alcohol me alteraba un poco y, a veces, me hacía hacer cosas que quizás no debía como beber frente a mis nietos.

E: Los primeros días de abstinencia se conocen como “síndrome de abstinencia agudo” ¿qué sentiste en ese momento?

R: Bueno, lo que se siente es difícil de explicar porque la sensación es un poco angustiante, sientes que necesitas tomar. Yo pasé mis primeros días de abstinencia en el complejo de Asia y eso me ayudo muchísimo porque la metodología consistía en leer todo el día, lo que hacía que no pudiera pensar en otra cosa que no sea la lectura que tenía en frente.

E: Una vez que empezaste el tratamiento, ¿qué tan difícil fue para ti aceptar que habías cometido un error en frente de otros?

R: Fue bastante difícil aceptar que tenía un error porque parte de mi familia, bueno, mi esposo, no lo considera así ya que el aun no ha dejado de tomar. Por suerte, mis hijos han estado conmigo durante el tratamiento y me han ayudado bastante, he tenido sesiones con ellos donde he reconocido que me equivoqué. Ahora, mis hijos siguen viniendo juntos para conversar del tema.

E: Cuando sentiste que estabas en camino a recuperarte, ¿tuviste miedo de recaer? ¿Lo hiciste en algún momento?

R: Bueno, creo que miedo de recaer lo tenemos todas aquellas personas que hemos consumido alcohol por mucho tiempo pero, gracias al tratamiento logré dejar de tomar desde el primer día que me lo propuse.

E: ¿Crees que ahora, después de dos años, es más fácil no consumir?

R: Realmente sí, ya no siento nada por la bebida, ni me provoca, ni me llama la atención. Es más, ahora, con frecuencia cuando voy a reuniones observo a mis amigos y puedo detectar aquellos que tienen una adicción por la bebida. No es que vaya predicando el hecho de que deben reformarse pero, una que otra vez, si he hecho algún comentario.

E: ¿Qué tuviste que dejar de tu vida para dejar de consumir alcohol, amigos, lugares, etc?

R: Quizás podría decir que durante algunos meses dejé de frecuentar las reuniones sociales porque las relacionaba mucho con la bebida. Ahora, salgo con toda tranquilidad y me divierto sin beber.

E: ¿Qué haces cuando tienes ganas de tomar?

R: Ya no las tengo. En algún momento las tuve y bueno, empecé a fumar.

E: ¿Tienes el apoyo de tu familia?

R: Si, tanto de mi familia como de mi hermana y mi cuñado que también han asistido a ANDENES.

E: ¿Cuánto tiempo te tomó sentir que estabas recuperándote?

R:
No lo sé. No podría decirles cuántos meses me tomó sentirme bien pero considero que después de dos años me siento bastante bien.

Entrevista a Laura

Para efectos de mantener el anonimatode la entrevistada, su nombre ha sido cambiado. Además, por la misma razón no pudimos grabar la entrevista, aquí está lo que conversamos:
Nombre: Laura
Edad: 29 años

E: ¿Hace cuánto tiempo que dejaste de consumir alcohol?

L:
Mmmm ya van casi tres años y diez meses. Comencé cuando tenía 22 años. Antes, nunca tomaba nada. Era de las que salían con sus amigas y siempre terminaba manejando los carros de todo el mundo porque era la única sobria. Un día, cuando tenía 21 salí con unas amigas y me metí mi primera “juerga” y después de eso me fue más difícil parar. Empecé en juergas y después me di cuenta de que me era muy difícil parar. Veía como todos paraban y decían ya basta y yo no podía, terminé con la costumbre de tomar sola para no andar moviéndome por todos lados. Así que un día, luego de como tres años de tomar sin parar, decidí empezar un tratamiento. Ya voy tres años y casi diez meses sin tomar.

E: ¿Qué pasó en tu vida para que decidieras dejar el alcohol y empezar a tratarte?

L: Pucha, como ya les conté, ya tenía como tres años tomando y la verdad es que tomaba bastante. Ya no hablaba con mis amigas de toda la vida, había terminado con mi enamorado de toda la vida, mis hermanos menores no podían ni verme y mis papás ya no sabían qué hacer conmigo. Me la pasaba peleando con ellos, porque ellos insistían en que yo tenía un problema y yo estaba segurísima de que estaban equivocados, ¿yo? ¿un problema? JA! Así que un día, mi papá se cansó y decidió darme una especie de ultimátum: o empezaba a tratarme, o me iba de la casa. Yo, como buena consumidora de alcohol, me fui de la casa…total, tenía gente con quien podía quedarme y tenía algo de plata que había guardado y otro poco que cogí de la tarjeta de mi papá. Resultó ser que no tenía tan buenos amigos como pensaba. Ellos también andaban metidos en el alcohol, incluso andaban metidos en drogas, pero yo a eso no le entro, que miedo. Un día me di cuenta de que ya no tenía ni un sol con que vivir, me lo había gastado todo comprando trago y ya no me quedaba nada. No hablaba con mis papás, con mis amigos, ya no tenía enamorado y no tenía plata. Así que decidí ver qué pasaba si me valía por mí misma. No me fue muy bien. Después de un par de semanas de andar por ahí, decidí regresar a mi casa. Fui, toqué la puerta y no me dejaron entrar. Salió mi mamá llorando a decirme que solo me dejarían regresar si es que me comprometía a mejorar. Yo todavía no creía tener un problema, pero si tratarme era mi única opción, no me quedaba de otra. Así que dije que sí e ingresé a ANDENES y fue ahí que me di cuenta de que estaba enferma. No era la única que consumía alcohol de la manera en la que yo lo hacía; pude escuchar a otras personas hablar de sus experiencias y muchas resultaron ser como la mía, que no sabían en qué momento todo se volvió tan malo y empezaron a tomar. Yo tenía una vida perfecta, tenía amigos, enamorado y una familia unida, pero todo lo malogré y no me di cuenta hasta mucho después. Felizmente mis papás me obligaron a mejorar, porque no sé que hubiera sido de mí de lo contrario.

E: Los primeros días de abstinencia se conocen como “síndrome de abstinencia agudo” ¿qué sentiste en ese momento?


L: Asu, los primeros casi 40 días fueron los más difíciles. Al principio no pasó nada, digamos en los primeros tres días, pero después empecé a sentirme mal. Los primeros 10 días fueron infernales. Tuve fiebre, me dolía la cabeza todo el tiempo y no paraba de vomitar. No tenía hambre y pensaba en tomar todo el tiempo. Me la pasaba durmiendo para no pensar en cosas negativas y para prevenir una recaída. Nunca me dejaban sola, tenía a mi mamá o a una enfermera conmigo todo el tiempo.

E: Una vez que empezaste el tratamiento, ¿qué tan difícil fue para ti aceptar que habías cometido un error en frente de otros?

L: Al principio fue súper fácil porque lo hacía de la boca para afuera. No pensaba que realmente me hubiera equivocado. Una vez que me di cuenta de lo que había hecho y de lo mucho que había hecho sufrir a las personas que me quieren, me costó un poco decirlo. Sabía que me había equivocado y que debía hacer algo al respecto, pero me moría de la vergüenza. Felizmente cuando lo hice, cuando hablé con mis papás y mis hermanos y amigos, todos supieron entenderme y creo que hicieron lo mejor que pudieron para no juzgarme.

E: Cuando sentiste que estabas en camino a recuperarte, ¿tuviste miedo de recaer? ¿Lo hiciste en algún momento?

L: Sí. Creo que ya tenía como un año y medio sin tomar y me acuerdo que un día estaba almorzando con una amiga y vi cómo le llevaban un vaso de whiskey a un señor que estaba sentado a mi lado, me dieron unas ganas de cogerlo, tomármelo y salir corriendo que te mueres. Felizmente no estaba sola, porque quién sabe si estando sola no me pedía yo un vaso para mí. Desde ese día comencé a pensar un montón en volver a tomar, estaba asustadísima y no fue hasta que me dijeron que era normal pensar y sentir esas ganas, que no me quedé tranquila. Con el tiempo y con bastante esfuerzo, todo eso fue desapareciendo y gracias a Dios que no, nunca he tenido una recaída.

E: ¿Crees que ahora, después de casi cuatro años de no consumir, es más fácil no hacerlo?

L: A veces sí y a veces no. Me es mucho más fácil vivir mi vida sin pensar en tomar. Trabajo, tengo enamorado y salgo con mis amigas y casi no pienso en tomar. Pero hay veces, y son pocas, en que salgo a discotecas por ejemplo, en que si me provoca tomarme un trago. Hasta ahora no lo he hecho y espero no ceder nunca.

E: ¿Qué tuviste que dejar de tu vida para dejar de consumir alcohol, amigos, lugares, ect?

L: En realidad tuve que dejar un montón de cosas. Dejé de salir un montón, recién he empezado a salir a bailar y a algunos sitios hace como un año, al principio no me sentía lista. Además, tuve que perder contacto con un montón de gente, más que nada con la que salía a tomar o con la que juergueaba en esa época.

E: ¿Qué haces cuando tienes ganas de tomar?

L: Intento concentrarme en otra cosa. Llamo a alguna amiga o a mi enamorado y salgo con ellos, veo películas, voy de compras. Más que nada intento no estar sola cuando siento que tengo ganas de tomar. Si es que no consigo alguien que me acompañe, cojo un libro y me siento a leerlo, intento concentrarme en otras cosas.

E: ¿Tienes el apoyo de tu familia?

L: Sí. Felizmente son los que más me han apoyado. Les debo todo a mis papás, especialmente después de lo mucho que los decepcioné. Hasta hoy, están siempre conmigo, me ayudan y me apoyan. Asistieron a todas las sesiones en el centro y nunca me dejaron sola. Empecé a curarme por ellos y terminé haciéndolo por mí. Mi familia ha sido mi roca, siempre me han apoyado.

E: ¿Cuánto tiempo te tomó sentir que estabas recuperándote?

L: Creo que empecé a sentir que iba por buen camino cuando tenía como un año y medio sin tomar. Cuando pude no volver a tomar el día en el restaurant, me di cuenta de que estaba bien, por el camino correcto.

martes, 14 de julio de 2009

Lo sagrado, lo profano y la hierofanía en ANDENES

Para poder relacionar los conceptos que explica Mircea Eliade en su lectura de “Lo sagrado y lo profano”, primero debemos entender qué es lo que se quiere decir con estos términos. Según Eliade, hay dos maneras de ser y de vivir en el mundo representadas por lo que es sagrado y lo que no lo es, lo profano. El hombre, según lo dictan las diferencias entre estas dos condiciones, empieza a conocer lo sagrado por medio de sus manifestaciones: lo sagrado se manifiesta ante ellos, ante el mundo profano, siempre como una realidad que es de un orden totalmente distinto al del mundo común, perteneces al mundo divino. A esta manifestación de lo “ganz andere”, o sagrado, se le conoce como hierofanía, que, literalmente, quiere decir que algo sagrado se nos muestra. Y como, para el hombre religioso, las hierofanías constituyen lo que es, la realidad, éstas son importantes porque se muestran como el centro del mundo religioso, como una muestra de lo divino.
La diferencia más importante es que en el hombre religioso, el espacio resulta heterogéneo, presenta roturas que simbolizan que hay lugares que son más significativos que otros: se crea un punto fijo en el espacio sagrado. Este punto fijo representa un eje que, representado por una hierofanía, sirve como guía para el mundo sagrado. Al mismo tiempo, los lugares representados como sagrados vienen a ser el “centro del mundo” para el hombre religioso, ya que éste es un lugar en el que puede existir la oportunidad de comunicación con lo divino, con el cielo y con el infierno; es decir, el espacio pierde homogeneidad porque en él existe la posibilidad de estar más cerca de lo celestial. Mientras más cerca se encuentra el hombre religioso a este centro del universo, más cerca estará de la comunión con las otras dimensiones a las que no puede llegar por medio del mundo profano.
En cambio, el hombre profano mantiene la homogeneidad del espacio caótico. Es ahí donde subsiste la relatividad del espacio, al que se le atribuye más o menos importancia de acuerdo a las necesidades cotidianas que éste tenga. Sin embargo, Eliade subraya una incongruencia muy interesante entre lo que debería significar el espacio para el hombre profano y lo que realmente significa. En esta experiencia profana del espacio, siguen existiendo valores que recuerdan la no-homogeneidad que caracteriza a la experiencia religiosa. Subsisten todavía lugares privilegiados que son cualitativamente diferentes a otros. Esto quiere decir que hay lugares que se representan como “únicos” para el universo personal del hombre profano.
Este es, precisamente, el escenario que encontramos en ANDENES y que, por lo mismo, nos resulta muy interesante. Podríamos decir que consideramos a las personas que asisten a este centro de rehabilitación como profanas, ya que no podrían calificarse dentro de un mundo religioso y no podemos asegurar que hayan tenido alguna experiencia religiosa. Sin embargo, sí podemos determinar que, para ellos, y como herencia del hombre religioso en la antigüedad, existen lugares que resultan más significativos que otros: que resultan siendo el eje de su espiritualidad o de su universo.
Uno de estos lugares y, el que más nos interesa en este análisis, es el centro ANDENES, que vendría a representar el centro del universo de las personas que pertenecen a él. En este espacio, se presenta una ruptura en el espacio cotidiano homogéneo, al representar la oportunidad de comunión con lo celestial, aunque, en realidad, no hay clasificación alguna acerca de lo que esto vendría a significar. Entonces, los alcohólicos asisten a este centro con regularidad, porque, dentro de él, ingresan al mundo de lo sagrado, lo profano se queda fuera. Además, en él consiguen el apoyo que necesitan para salir adelante, estar ahí representa estar más cerca del centro del universo, representa la oportunidad de comunión con lo divino.
Sin embargo, lo que se considera sagrado en este caso resulta muy subjetivo. En ANDENES, no hay un solo dios. No se rigen por la misma religión, ni todos deben tener la misma creencia. No todos deben seguir las mismas reglas. Es por eso que se podría decir que el concepto del centro del mundo que representa Andenes es algo muy subjetivo. Es el centro interno de cada uno, lo que quiere decir que la hierofanía, o la manera en lo que lo sagrado se muestra en el mundo, también es interna y subjetiva. En este caso, podríamos llegar a la conclusión de que resulta en un proceso individual de cada una de las personas que asiste a ese centro por el que debe pasar para llegar hacia el estado deseado: la recuperación y el mantenimiento de ella.
Finalmente, lo sagrado se manifiesta internamente en estas personas y encuentran una comunicación entre el mundo de lo que es divino para ellos y su propio mundo dentro del centro ANDENES. Esto quiere decir que, a pesar de que estas personas se encuentran dentro de la experiencia profana del mundo y es este su modo de ser en él, también tienen valores que determinan que unos lugares son más importantes o significativos que otros, y lo sagrado se les presenta de manera personal y totalmente subjetiva.

CONTRATO SAGRADO

Desde el punto de vista de Jean Jacques Rousseau, existen tres paradigmas o cosmovisiones de entender, ver y relacionarnos con el mundo. A través del tiempo, se ha identificado que los distintos grupos sociales que han poblado el planeta han tenido distintas maneras de entenderse a sí mismos y de reconocer a los “otros”. A estos términos que constituyen las bases de la organización y el estilo de vida de los grupos humanos se les ha denominado habitualmente contrato social. De esta manera, Rousseau plantea que existen tres modelos: sociedad adscriptiva, sociedad semi adscriptiva y sociedad abierta.

El grupo con el que escogimos trabajar está conformado por un conjunto de personas que se encuentran apegadas a un tipo de sustancia: el alcohol. Para poder conocer más a fondo a estas personas visitamos el centro de rehabilitación ANDENES. En este centro pudimos identificar algunas de las características que esperábamos encontrar por lo que, ahora, podemos señalar qué tipo de contrato sagrado mantienen. Primero queremos señalar cuáles son aquellos contratos sagrados con los que nuestro grupo estudiado no se relacionan para terminar indicando cuál es el que tienen y cómo lo mantienen.

El primer paradigma es el de la sociedad adscriptiva, que consiste en que el grupo social se encuentra relacionado por lazos sanguíneos; es decir, comparten dentro de la comunidad porque poseen antepasados comunes. En nuestro grupo estudiado, no se presentan estas características ya que los participantes no poseen la misma sangre; es decir, en su mayoría no son parientes sino que son personas que se unen porque poseen una dificultad que les impide desarrollarse de una manera adecuada y se agrupan con el único objetivo de servir como apoyo para lograr una mejor calidad de vida.

El segundo paradigma es el de la sociedad semi adscriptiva, que consiste en que el grupo social se une porque aceptan fervientemente las normas y dogmas que les manda un ser divino entendido como su Dios creador. Este grupo social es menos excluyente, pues se aceptan a todas aquellas personas que aceptan vivir bajo los regimenes dictados por Dios. Nuestro grupo social no es un conjunto de personas que se encuentra establecido bajo el mandato de un Dios específico, sino que cada persona tiene la capacidad o el permiso de mantener y tener como Dios a la divinidad que considera más adecuada. Incluso pueden no tener una, esto no se impone, ni se les propone una divinidad, sino que se respeta el que cada uno crea en lo que desee. En las sesiones o reuniones, se menciona a un Dios dentro de la oración pero no se especifica cuál es, de manera que dentro de los esquemas mentales personales se tome como una oración para su propio Dios.

El tercer paradigma es el de la sociedad abierta, y consiste en el abandono de Dios como protagonista y ahora son los propios individuos quienes establecen los criterios de su vida, basándose en el ejercicio del pensamiento racional que es innato a todos los seres humanos sin excepción. Se asume que la razón es una condición natural de los individuos y la fuente legítima de las decisiones individuales. En la actualidad, la mayoría de los estados existentes, son entidades conformadas por ciudadanos que han elegido un estilo de vida que se rige en la Constitución; es decir, que son parte de una misma comunidad porque han nacido en un mismo territorio. En este tipo de paradigma, el individuo goza de mayor autonomía y libertad para realizar sus actividades, de manera que el ejercicio de su voluntad es real. Esta propuesta se identifica con la “modernidad”. Así, habiendo explicado el último paradigma podemos identificar que nuestro grupo estudiado se mantiene como una sociedad abierta; es decir que, mediante sus propias facultades mentales, las personas han decidido permanecer a este grupo. Por ello, consideran a este grupo como la mejor opción que poseen para recuperarse del problema que poseen. Todas las personas apegadas al alcohol que llegan a este centro, lo hacen por voluntad propia, ya que poseen libertad para elegir.

DIFICULTADES

El tema que hemos elegido para profundizar es uno que estamos tratando en más de uno de nuestros cursos de la carrera y por esta razón estamos empezando a dominarlo. Además, el haber tenido la oportunidad de entrevistar a una paciente y escuchar el testimonio de otros pacientes, nos ayudó a tener más claro cuáles son las dificultades que enfrentaron cuando se dieron cuenta de que tenían un problema y debían hacer algo para cambiarlo.
De acuerdo con los nuevos estudios, el tema de las adicciones se divide en seis etapas diferentes. La primera etapa, la etapa pre-contemplativa, ocurre cuando una persona adicta a una sustancia, en este caso, no se da cuenta de que tiene un problema. Las personas en su medio le dicen que tiene un problema, pero él o ella no opinan lo mismo y creen que son los demás los que están mal. La segunda etapa, la contemplativa se da cuando las personas adictas empiezan a considerar la posibilidad de que no son los demás los que están mal, sino que son ellos quienes tienen un problema y deben resolverlo; sin embargo, no hacen nada para arreglarlo. En la tercera etapa, la etapa de preparación, las personas saben que tienen un problema y empiezan sus primeros intentos por solucionarlo; sin embargo, no tienen éxito porque la adicción aun es más fuerte que ellos. La cuarta etapa es la etapa de acción. En esta etapa, las personas son conscientes de que deben hacer algo para recuperarse y deciden buscar ayuda para hacerlo. Su recuperación empieza y sus ganas de hacerlo ayuda a que sea exitosa. La siguiente etapa, la de mantenimiento, se da cuando las personas han concluido su tratamiento de recuperación, han superado el síndrome de abstinencia agudo (que es el que se da los primeros 45 días en los que se deja el consumo) y a esta etapa también se le conoce como el síndrome de abstinencia retardado. Dura alrededor de dos años y se caracteriza porque es la etapa en la que ocurren las recaídas debido a las manifestaciones que caracterizan esta parte del síndrome de abstinencia. Una de estas manifestaciones es el flashback, que es el recuerdo placentero del consumo que viene acompañado de emociones de satisfacción. Otra de las manifestaciones de este síndrome es el craving, que consiste en la urgencia y el deseo de consumir que se presenta de forma abrupta. Por último, está la etapa de finalización, que es a la que se llega luego de dos años sin consumir la sustancia a la que se era adicta y dura el resto de su vida (a menos que exista una recaída). La persona está recuperada y pudo resolver su problema.
Antes de llegar a la etapa de finalización y especialmente en la de acción y mantenimiento, la persona adicta a alguna sustancia se enfrenta a diferentes dificultades y son esas las que vamos a identificar a continuación:
  • Aceptar que cometieron un error.
  • El síndrome de abstinencia agudo y todos los procesos físicos que lo acompañan: fiebre, náuseas, vómitos, escalofríos, taquicardia, dolor corporal, dolor de cabeza.
  • Los procesos psicológicos que acompañan a este síndrome: ansiedad, angustia, ganas de consumir, confusión, desorientación.
  • Vergüenza al regresar a su hogar y ver a su familia, por ejemplo. Se sienten culpables por muchas de las conductas y actitudes que tuvieron.
  • Tentación a la recaída
  • Recuerdos placenteros del consumo
  • Al reinsertarse en la sociedad, muchos han perdido a sus amigos, pues la gente con la que se relacionaron antes eran con los que compartían la adicción y ya no permanecen en contacto con ellos.

miércoles, 1 de julio de 2009

Precios de los tratamientos...

Nos dimos cuenta de que dentro de la información que hemos puesto sobre los tratamientos que ofrece el centro ANDENES para los apegos, no incluimos los precios de los mismos. Sin embargo, cuando quisimos obtener la información, nos contestaron que son reservados con los precios porque tienden a analizar la situación de los pacientes, no solo su salud, sino su situación económica también y que los precios muchas veces dependen de esta situación.

Dato Curioso

Cuando fuimos a ANDENES, en algún momento nos mencionaron que existe un gran porcentaje de pacientes que son adolescentes y jóvenes; sin embargo, en ninguna de nuestras visitas pudimos ver alguno. Sabemos que el tema es actual y que mucha gente de alrededor de nuestras edades sufren de este tipo de problema, pero todos los pacientes que pudimos ver y con los que logramos conversar están ya en la edad adulta y son bastante mayores que nosotros.

martes, 30 de junio de 2009

Tema Tentativo

A lo largo del ciclo hemos tenido la oportunidad de conocer un poco más de cerca el tema del apego al alcohol o alcoholismo y nos ha parecido sumamente interesante. Debido a la investigación que hemos ido realizando y a las conversaciones que hemos podido llevar a cabo con personas que sufrían apego a las sustancias, hemos podido darnos cuenta de lo complicado que es superar el periodo de abstinencia, que representa la primera parte del tratamiento.
Por esta razón es que hemos decidido que un tema interesante dentro de lo que ya hemos venido investigando es el tema de las dificultades que una persona apegada al alcohol tiene que superar para poder curarse por completo. De esta manera, podemos decir que el tema que nos gustaría profundizar tiene que ver con las dificultades y con los obstáculos que tienen que afrontar las personas que tienen problemas de alcohol una vez que deciden empezar su recuperación.

ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS - Los 12 pasos

A continuación les mostraremos lo que plantea cada uno de los doce pasos de los que hemos venido hablando hasta ahora. Los pasos tienen un fondo realmente espiritual y son de mucha ayuda para los que los aplican en su vida. Para verlos mejor explicados, recomendamos ingresar al siguiente link:
  • PASO N°1: "Admitimos que éramos impotentes ante el alcohol, que nuestras vidas se habían vuelto ingobernables".
  • PASO N°2: "Llegamos a creer que un Poder superior a nosotros mismos podría devolvernos el sano juicio".
  • PASO N°3: "Decidimos poner nuestras voluntades y nuestras vidas al cuidado de Dios, como nosotros lo concebimos.
  • PASO N°4: "Sin miedo hicimos un minucioso inventario moral de nosotros mismos
  • PASO N°5: "Admitimos ante Dios, ante nosotros mismos, y ante otro ser humano, la naturaleza exacta de nuestros defectos".
  • PASO N°6: "Estuvimos enteramente dispuestos a dejar que Dios nos liberase de nuestros defectos"
  • PASO N°7: "Humildemente le pedimos que nos liberase de nuestros defectos".
  • PASO N°8: "Hicimos una lista de todas aquellas personas a quienes habíamos ofendido y estuvimos dispuestos a reparar el daño que les causamos".
  • PASO N°9: "Reparamos directamente a cuantos nos fue posible el daño causado, excepto cuando el hacerlo implicaba perjuicio para ellos o para otros".
  • PASO N°10: "Continuamos haciendo nuestro inventario personal y cuando nos equivocábamos lo admitíamos inmediatamente".
  • PASO N°11: "Buscamos a través de la oración y la meditación mejorar nuestro contacto consciente con Dios, como nosotros lo concebimos, pidiéndole solamente que nos dejase conocer su voluntad para con nosotros y nos diese la fortaleza para cumplirla".
  • PASO N°12: "Habiendo obtenido un despertar espiritual como resultado de estos pasos, tratamos de llevar el mensaje a los alcohólicos y de practicar estos principios en todos nuestros asuntos".

miércoles, 20 de mayo de 2009

CARACTERÍSTICAS

Ahora que ya conocemos qué es la asociación de Alcohólicos Anónimos, creímos pertinente comentar un poco acerca de las características del alcoholismo. El texto que sigue, hablará un poco sobre ello.
Las personas que consumen alcohol de forma abusiva e incluso las que dependen de él son prácticamente indistinguibles, a simple vista, del resto de la sociedad. Así pues, desterremos de una vez por todas los viejos estereotipos referidos a "los alcohólicos". Esos clichés en los que se asociaba esta enfermedad a los "mendigos", "viciosos", "borrachos", etc. y por los que no se aceptaba ninguna implicación del resto de la sociedad, ya que se consideraba únicamente responsabilidad del "bebedor" el mantener ese abuso.
El hecho de que las personas dependientes puedan llevar, en algunos casos, una vida social casi normal o realizar una activad laboral, que en casi todo puede ser similar a la del resto de sus compañeros de trabajo; conlleva a que, en muchas ocasiones, sea difícil identificar al alcohólico sólo basándonos en su apariencia o manifestaciones exteriores.
Ahora bien, cada sustancia de abuso o apego, presentará algunas particularidades que nos ayudarán a identificar al consumidor. Nosotros planteamos, como uno de los objetivos de este texto, revelar las de los adictos al alcohol, y para ello ofrecemos algunos datos introductorios.
Según estadísticas, los adultos consumen de forma más regular durante la semana (vino y cerveza) y, aunque su conducta no genere alarma social, son los adultos los que atesoran la mayor parte de los problemas derivados del abuso del alcohol. La edad media del primer consumo es a los 13 años. El consumo semanal llegaría a los 14 años, siendo los jóvenes de 20 a 24 años los que con mayor frecuencia se embriagan.

Hoy en día los jóvenes tienen mayores oportunidades y disponen de más ingresos, pero por ello son más vulnerables a las técnicas de marketing y ventas, que cada vez son más agresivas en los productos de consumo y sustancias potencialmente peligrosas como el alcohol. La información que se suministra acerca de las drogas es contradictoria y difusa. Los mitos sobre el alcohol, la confusa división entre drogas “duras” y “blandas”, hacen que la decisión tomada no sea libre ya que se basa en información incorrecta.
Las principales tendencias en los patrones de consumo de alcohol entre los jóvenes son:- La mayor experimentación con el alcohol entre los/as niños/as.
  • El aumento en los consumos de alto riesgo, como consumos excesivos en cortos periodos de tiempo y de "borracheras", especialmente entre adolescentes y adultos jóvenes.- La mezcla de alcohol con otras sustancias psicoactivas (policonsumo).
  • En algunos jóvenes hay claros vínculos entre el consumo de alcohol, tabaco y drogas ilegales.
El Alcoholismo se revela, como hemos visto, como "un problema" con implicaciones médicas, psíquicas, educativas, sociales y comunitarias. Aún así, tenemos pocas oportunidades de conocer la misión de prevención que muchos profesionales y organizaciones desarrollan cada día. Y la lucha por la prevención del abuso alcohol, lo mismo que contra el consumo de otras drogas, es una parte fundamental del proceso educativo de la sociedad, la escuela y la familia.

Alcohólicos Anónimos

Hasta ahora hemos hablado del alcoholismo como enfermedad, como apego y de ANDENES. Sin embargo, nos parece que no hemos hablado lo suficiente del grupo que nos inspiró a realizar este trabajo originalmente: los Alcohólicos Anónimos. Por ello, a continuación una breve reseña de quiénes son A.A.
El alcoholismo es una enfermedad que se padece en silencio y con impotencia, ocasiona un desgaste en las relaciones personales con los círculos inmediatos y viene acompañada de una serie de problemas emocionales, económicos y profesionales.
Afortunadamente, existen organizaciones y asociaciones que ayudan a hombres y mujeres a tratar esta situación sin importar su raza, credo o clase social. Un ejemplo de estos lugares es ANDENES, el centro de tratamiento con el que estamos realizando este trabajo. Sin embargo, uno de los mejores sitios de terapia que pueden encontrarse en todo el mundo es, sin duda, el de los Alcohólicos Anónimos, que trabaja con una terapia de grupo muy efectiva.
Alcohólicos Anónimos es un movimiento que fue fundado en Ohio, Estados Unidos, en 1935 por Bill y Bob, dos profesionales con problemas de alcoholismo que buscaban recuperarse y ayudar a otros a hacerlo.
Con este propósito, comenzaron a estudiar los problemas y a tratar de encontrar la forma de - una vez conocida la enfermedad- establecer los parámetros que sirvieran de guía para la recuperación de las personas. Bill y Bob plantearon un programa basado en doce pasos que se han extendido a lo largo del mundo y han sido implementados en otros programas que tratan problemas de adicciones, conducta y personalidad. El programa de ANDENES utiliza, en su tratamiento, la filosofía de los doce pasos establecidos por Alcohólicos Anónimos.

Fotos de la observación en Andenes


martes, 19 de mayo de 2009

Entrevista a Claudia, paciente de Andenes

DESCRIPCIÓN DE LA OBSERVACIÓN

Día de la observación: sábado 16 de mayo
Hora: 10:00 AM – 12:00 PM
Tipo de observación: participante.
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Es sábado a las 8 y 45 de la mañana. Tenemos sueño porque salimos la noche anterior. Fue difícil levantarnos, pero la curiosidad pudo más. Estamos a pocas cuadras del lugar. Todas nos encontramos muy ansiosas por enfrentar lo que nos espera ahí. Una realidad con la que no estamos familiarizadas y que nos resulta difícil de enfrentar. Difícil porque es diferente cuando alguien te la cuenta, o cuando la ves en la televisión o en una película. Esto es real. Vamos a compartir una charla con los pacientes del centro y, además, las experiencias que cada uno tenga que ofrecer significarán un cambio en nosotros.

Ya son las 9:00 am. Llegamos. El lugar no parece lo que es. Por fuera, es una casa pintada de amarillo. Parece la fachada de una típica quinta miraflorina. Algo nerviosas, tocamos el timbre. Felipe Koechlin, el director de Andenes, nos recibe en la puerta. Todo el ambiente resulta bastante informal. Lleva puesto un pantalón de jean, un polo con cuello amarillo y unos tirantes que se amarran a su cinturón. Nos invita a pasar a una sala, en la que, predecimos, es donde se llevan a cabo las reuniones entre los pacientes. Apenas entramos, se nos ofrece té o café. Agradecemos y rechazamos la oferta, estamos allí para trabajar.
La sala es grande. Tiene dos sillones largos azules con rayas amarillas o beige que forman cuadrados. Ambos sillones tienen forma de L. Nos acomodamos justo en el que está en frente de las mamparas por donde entramos, en frente de una pizarra blanca acrílica que tiene cosas escritas. El plumón se ha borrado un poco, por lo que no podemos leer lo que dice. Al lado derecho de la pizarra hay una silla blanca, de plástico. Al lado izquierdo, arriba, cuelga de la pared un televisor pequeño, con un VHS y un DVD. Debajo de éste hay una mesa de redonda de madera. En ella, nos indica Daniel, un ex paciente del centro que hoy colabora con las terapias y el mantenimiento del mismo y que, además, nos guió a la sala donde nos encontramos, se encuentran dos libros y nos recomienda que nos acerquemos a verlos. En uno de los libros encontramos diferentes reflexiones, una para cada día del año. Todas tienen que ver con el alcoholismo y la adicción a sustancias. Al otro libro le prestamos menos atención, pero también consta de reflexiones sobre el tema.

Esperamos un momento en esta sala y, al poco rato, aparece la psicóloga del centro, a la que necesitábamos ver para poder asegurarnos de que las preguntas que le íbamos a hacer a la paciente que nos han provisto son correctas. Somos inexpertas en estas situaciones todavía y queremos que todo salga bien. No queremos ocasionar ningún problema. Felizmente, están bien, y eso nos deja un poco más tranquilas.

El Dr. Koechlin regresa con una noticia, la paciente vendrá un poco más tarde, por lo que podremos observar una charla que se dicta todos los sábados y que resulta abierta para todos. Vamos a conocer a más pacientes del centro y estamos un poco impacientes. La charla empieza a las diez de la mañana y, un poco antes de esa hora, llega una señora que se ve muy común, como cualquiera que podrías ver caminando una tarde por el supermercado. Parece de unos 55 años y, siguiendo el ambiente informal del centro, está vestida con un jean oscuro, un polo gris con rojo y una casaca ligera color crema. Se nota que tiene sueño: bosteza constantemente. El entrar, está hablando por teléfono, preguntándole a alguien si es que irá. A ella la llamaremos Rosa. Luego nos enteramos que solo lleva tres meses en tratamiento. Es en este momento en que el Dr. Koechlin nos reparte las separatas que se utilizarán en esta charla, que están disponibles para todos los que atienden. “Es para leerla, no para rayarla”, nos dice al ver que una de nosotras tenía ya su resaltador en la mano.

Estamos un poco nerviosas, especialmente porque no sabemos cuánta gente vendrá ni cómo lucirán los demás. Al poco rato, llega una pareja, se ven jóvenes, más o menos de entre 30 y 35 años. La mujer lleva un pantalón negro y un polo blanco. Parece que acaba de salir de la ducha y se encuentra maquillada. Por otro lado, el hombre lleva puesto un jean, un polo rojo y un canguro. Al entrar, se disculpan por la tardanza y toman asiento al lado de Rosa. A ellos los llamaremos Raquel y Mario. Ellos son nuevos en el tratamiento también. Tiempo después, aparece otra pareja por la puerta. Se ven mayores, la señora está usando ropa deportiva y el señor también está utilizando ropa informal. Se disculpan y aseguran que salieron volando de la cama. Ellos llevarán por nombre Miguel y Elsa. Miguel ya tiene un poco más de un año y medio asistiendo al centro y Elsa, como esposa, ha vivido la experiencia con él. No llega nadie más, así que el Dr. Koechlin nos presenta y les cuenta que hemos venido a ver la charla y hablar con una de las pacientes, Claudia. Todos nos saludan sonrientes y empezamos a leer la separata que ya todos tienen en sus manos.

Seguimos la lectura. En realidad, todos siguen la lectura. Están muy atentos a lo que dicen y, de vez en cuando, hacen comentarios o preguntas que el Dr. Koechlin responde gustosamente. Es un ambiente de confianza y de tranquilidad. Ninguno tiene miedo de decir lo que siente o de hacer preguntas sobre lo que no saben o no entienden. Hay, incluso, ocasiones en las que debaten acerca de un tema: todos tienen derecho a tener su propio punto de vista. Los únicos que se ven un poco incómodos son Raquel y Mario. Mario se muerde las uñas constantemente y juega con su pie. Por más que se encuentra en silencio, no sigue la lectura con los ojos. La tiene en la mano y está mirando al doctor, que es el encargado de leer y de comentar acerca de la lectura. Por otro lado, Miguel está muy atento, él es el que, cada vez que la lectura se descarrila, le avisa al doctor en dónde se quedaron.

Hay una frase que el Dr. Keochlin repite durante toda la lectura, que dura dos horas: “¿Estamos de acuerdo?” Es esa la frase para conciliar que todos se encuentran en la misma página, por así decirlo. Que todos han entendido todo, que, si no es así, entonces es ese el momento para decir algo o para preguntar algo. La lectura se trata del alcoholismo, de cómo funciona nuestro cerebro y cómo es que hay veces que esta enfermedad puede y no puede explicarse al mismo tiempo. Se habla del alcoholismo como enfermedad, de investigaciones, de estadísticas. De esta manera, se trata de que los pacientes sean constantemente recordados sobre a qué se enfrentan diariamente.

Llegó Claudia, la paciente que vamos a entrevistar. La charla no ha terminado todavía, así que decidimos dividirnos en dos grupos para escuchar, desde diferentes lugares, historias igual de tristes, igual de fuertes. Fuertes porque mucha gente ha perdido todo ante esta enfermedad. Fuertes porque, lo que más nos ha sorprendido de esta visita, es que todas estas personas son como cualquier otra. No llevan ninguna marca en su cuerpo, ningún gesto los delata. No llevan escrito en la frente que sufren problemas de alcoholismo o de adicción a las drogas, no se ve en su semblante, a primera vista, el proceso tan difícil por el que han tenido que pasar para poder llegar a donde están hoy. Lo que resta de la charla es, más que nada, el relato de las experiencias de Rosa, Raquel, Mario, Miguel y Elsa. Todas nos sorprenden y nos tocan de manera distinta. Rosa es quien nos cuenta su historia de manera más desenvuelta; mientras que Mario se rehúsa a hablar y es Raquel, su esposa, quien nos cuenta un poco de lo que sucedió con ellos. Miguel no tiene problemas al contarnos su experiencia y Elsa, su esposa, tampoco. Los escuchamos atentamente, pues lo que nos cuentan no nos lo esperábamos. Cuando nos hablan, vemos que todos tienen algo en común. Todos se dieron cuenta de que necesitaban ayuda cuando sintieron que habían perdido ya demasiado, si no es todo. Escucharlos nos resulta extraño e inesperado. Creo que inesperado porque todos los que están dentro de esta sala son tan diferentes y, al mismo tiempo, se sienten todos iguales: todos dentro de ese cuarto forman una gran familia, se sirven de apoyo y de consuelo, todos van en una misma dirección y tienen el mismo objetivo: luchar contra el alcoholismo.

Entrevista a una paciente de Andenes

Para efectos de mantener la anonimicidad de la entrevistada, su nombre ha sido cambiado. Además, por la misma razón no pudimos grabar la entrevista, aquí está lo que conversamos:

Nombre: Claudia
Edad: 26 años.

E: Entrevistadoras.
C: Claudia

E: ¿Cómo llegaste a Andenes?

C: Bueno, yo, en realidad no vivía acá. Yo vivía en Italia y me enteré del centro a través de Internet porque conocía que el programa con más éxito era el programa Minnesota, entonces comencé a buscar en Internet algún centro que utilizara este tipo de programa, con la intención de venir al Perú, o sea, en el Perú, en Estados unidos hay varios. El único que tenía esta particularidad era Andenes, así que fue el primero en la lista de los centros en Internet.

E: ¿Tú eres peruana?

C: Yo he nacido allá, pero mis padres son peruanos y por eso escogí el Perú.

E: ¿Sientes que has mejorado, que tu estilo de vida ha cambiado?

C: Claro. Obviamente ha cambiado. Ha cambiado en varias formas, en realidad. Comenzando por el dejar un consumo de sustancias ya de por sí cambia mucho en tu vida. En la mía, ha cambiado muchas cosas, sobre todo que después he trabajo y estoy trabajando todavía en mí. Es un cambio que tiene que ser profundo en la persona, porque no es solamente un dejar de consumir, es también comenzar una vida en seguridad, cosa que no estoy acostumbrada a vivir, así que es totalmente distinto. Necesito cambiar formas de vivir, mi egoísmo, varios aspectos de mí aparte de dejar de consumir.

E: ¿Qué expectativas tienes ahora que, por más que no has terminado, has avanzado en el taller?

C: Como has dicho bien tú, esto nunca se termina, pero se abre un mundo de posibilidades que antes yo ni veía. Estaba imposibilitada, limitada a cierto tiempo de cosas por la misma forma de llevar mi vida. Ahora, siento que puedo escoger por lo menos. Siento que puedo hacer algo y llevarlo a cabo si realmente lo quiero.

E: ¿En qué ha consistido el taller?

C: El programa parece bastante simple, de hecho es bastante simple, pero para mí fue muy duro de aceptar. Pero eso es una cosa mía.

Consiste en los 28 días, que son los mismos 28 días de los que habla el programa Minnesota. La diferencia es que en Estados Unidos esos 28 días se dan en un centro, en una comunidad. Aquí, los 28 días son fuera, viniendo una semana o dos, dependiendo de la persona, a una casa en Asia, donde debe haber una lectura. En realidad, la lectura es muy útil para bajar los pensamientos. Se llega con muchas complicaciones en la cabeza, como que no tienes un orden bien definido, unas prioridades, todo muy confuso. Entonces, esa semana o dos semanas, sirven para bajar esa confusión. Entonces, es una lectura. No hay necesidad de entender mucho, la cosa es para focalizar a la persona a una concentración. Se leen libros que tienen que ver con el programa, como puede ser “Solo por hoy…” o “Libro Azul”, u otros libros que tengan que ver con la adicción, que a mí sí me gustó entenderlos, pero digamos que no es ese el objetivo, sino más que todo concentrarte.
De ahí vine aquí, ya a Miraflores y comenzamos a practicar los pasos. Es del primero al quinto paso, aunque hay doce en realidad. Pero primero es del primero al quinto. El primero es admitir una adicción, qué fue lo que te pasó, por qué te consideras adicto. El segundo y el tercero es más una cosa espiritual. El cuarto es de resentimientos, miedos y el quinto es ya ir a hablar con alguien. Esto es lo que se hace acá en los 28 días. Después ya se siguen los otros pasos en otra forma fuera de aquí o aquí después de los 28 días.

E: ¿De qué manera te has sentido apoyado por los que te rodean en tu decisión de meterte al programa?

C: Yo en mi caso tenía a mi familia. No siempre es así. No todos tienen la posibilidad, pero si hablamos de mi familia, yo sí la tenía. Lamentablemente, no todos estaban aquí, pero lo bueno es que en este centro les dan la posibilidad de involucrarse, pero involucrarse en una forma paralela, no directamente en lo que estaba haciendo yo, sino que cada uno tiene sus grupos: hay grupos familiar y hay grupos de pacientes. Cada uno tiene su seguimiento con diferentes consejeros: consejeros familiares y consejeros de pacientes. Y después todo es unido de vez en cuando en las reuniones familiares y ahí se ven los aspectos de cómo gira la familia respecto al problema.

E: ¿En las reuniones familiares estás presente tú y tu familia o todas las familias juntas?

C: La familia y el doctor.

E: Y es la familia de un solo paciente, no es un grupo de todos…

C: No, ahí es más centrada la cosa.

E: ¿En qué momento aceptaste que tenías un problema?

C: Bueno, hubieron dos momentos. Uno en que me di cuenta y otro en el que lo necesité. Me di cuenta porque cuando consumía, que lo hacía, obviamente, con otras personas al comienzo, las otras personas podían parar, o sea, podía llegar un punto en el que decían “ya ok, yo me voy a mi casa, basta”, y yo no. Yo siempre “pero ¿por qué se van?, esperen, pero más”. Entonces ya te das cuenta de que tienes algo diferente con respecto a los otros. O sea, ¿por qué tú no puedes parar? ¿Por qué seguir? ¿Por qué tienes esa obsesión por eso? Esa fue la primera etapa donde me comencé a cuestionar, ¿por qué yo era diferente a las demás personas? Ya no era un consumo social, sino algo más.
Cuando tomé la decisión era cuando ya había perdido absolutamente todo. Cuando ya tuve que dejar un trabajo, cuando ya no tenía dinero, cuando ya estaba haciendo daño a los demás, cuando ya tenía una derrota física, la parte elemental, mi mente ya estaba en una confusión total, no entendía qué cosa tenía que hacer y no sabía cómo tenía que hacerlo. Sabía que quería salir de eso pero no sabía ni como. Más que todo cuando perdí todo. Cuando me di cuenta de que ya no era un placer ni una diversión, ya era una necesidad que se estaba volviendo algo negativo para mí y para lo que me rodeaban, en este caso, las personas más cercanas, familia, amigos, todo mi entorno, porque también vivo en una sociedad. Lamentablemente, no soy solamente yo.

E: ¿Hace cuánto tiempo que estás en el tratamiento?

C: Un año.

E: Y, ¿cuántos años tienes?

C: Veintiséis.

E: Hace un año que vives aquí…

C: Sí, aunque en realidad es un año y medio. Como les conté, vi esto en Internet, pero acá entra el aspecto familiar porque, como yo les dije, son 28 días y poca gente cree que en 28 días uno se puede recuperar de un problema que tiene hace mucho tiempo. Años generalmente. Entonces, cuando yo dije que había encontrado este sitio a mis padres, hubo uno de ellos que no creyó que se podía hacer en 28 días, por más que yo le dijera que después había un seguimiento y todo. Dijo que no, que 28 días es imposible. Yo, que estaba ya abierta a cualquier tipo de posibilidades con tal de salir dije “ya, vamos a ver otra cosa”. Entonces, vimos una comunidad y yo me metí ahí. Entonces, en realidad, yo cuando vine, yo vine en enero del anteaño pasado y me metí a un centro que es una comunidad. Sinceramente, la peor cosa que pude haber hecho en mi vida.

E: Y esto es acá también…

C: Sí, acá. Salí mal realmente, muy mal. Cuando salí mal, mis padres dijeron “ya, vamos a probar lo que tú dijiste” y me metí aquí, el mismo día que salí.

E: Y, antes de eso, ¿habías tenido algún otro tratamiento?

C: Bueno en Italia sí, pero en Italia no tratan esto como una enfermedad. Lo tratan desde un plano psicológico y psiquiátrico. Fui a miles de psicólogos y lo mío, en realidad, no es un problema de mi niñez, de un trauma, puede suceder que para algunos sea así, pero para mí no lo era. Entonces, no encontraban. ¿Por qué? Porque no existía nada en mi niñez que me hubiera llevado a consumir de grande, no ligaba uno con el otro. Entonces, tampoco me sirvió mucho. Me sirvió momentáneamente, de repente, pero no era una cosa definitiva, no era un cambio.

E: ¿Por qué es centro en el que estuviste antes de aquí te dejó mal? ¿En qué consistía el tratamiento?

C: Ahí era, básicamente, conductual. Conductual muchas veces quiere decir también para mí, humillación en ciertos momentos. No es una enseñanza a la vida, a las posibilidades, como se hace aquí. Es más que todo “te has equivocado”, “tienes que obedecer”, “tienes que hacer”, y eso conmigo no va. Yo, hasta en las pequeñas cosas, más joven, hasta en un colegio por ejemplo tenía que entender algo para poderlo aprender. La imposición nunca me funcionó. Entonces, para mí no funcionaba, y creo que no solo para mí porque si veo el porcentaje de personas recuperadas es bien bajo. Acá yo encontré amor, comprensión y entendí qué cosa podía hacer. Después, obviamente, está en mí querer cambiar, porque si uno no quiere, no quiere. Pero no quiere acá ni en una comunidad, ni con un psicólogo ni en ningún lado.
En la otra parte, en la comunidad fue muy difícil. Al contrario, yo salí con mucha rabia, mucho resentimiento, mucha cólera. Fue una experiencia fea, realmente, y también tienes que lidiar con otras personas que están ahí, que tienen también problemas. Realmente, no había un programa. No había algo que te enseñara. Era simplemente “levántate en la mañana y comienza a limpiar el jardín, y haz esto y limpia lo otro, y ponte en fila y ranea” y cosas así. Y no puedes comentar, no puedes opinar porque tu opinión está mal. Te dan pastillas, y yo no quiero tomar pastillas. Salir de una, para entrara a otra, ¿para qué? Creo que tomar pastillas es como un adormecer algo, pero no es un trabajar en el problema. Es simplemente tapar un problema momentáneamente y ¿por cuánto tiempo? Si no te quieres volver adicto a las pastillas, antes o después tienes que parar. Y cuando paras, estás en el mismo punto donde comenzaste.

domingo, 17 de mayo de 2009

Oración de la Serenidad



El tratamiento para los apegos se trata desde un enfoque espiritual, más no religioso. Por lo tanto, se puede ser agnóstico y participar de estos tratamientos. Dentro de su filosofía de vida, toda persona que comparte en este grupo sabe y recita la siguiente oración:

La Oración de la Serenidad:



“Señor, concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar las cosas que puedo cambiar y la sabiduría para conocer la diferencia; viviendo un día a la vez, disfrutando un momento a la vez; aceptando las adversidades como un camino hacia la paz; pidiendo, como lo hizo Dios, en este mundo pecador tal y como es, y no como me gustaría que fuera; creyendo que tú harás que todas las cosas estén bien si yo me entrego a Tu voluntad; de modo que pueda ser razonablemente feliz en esta vida e increíblemente feliz Contigo en la siguiente. Amen.”

ANDENES - Experiencia

ELSA: (esposa de Miguel)
“Para mi, como esposa, fue difícil entender la enfermedad que tenía mi marido, fue una época muy complicada donde la situación se ponía cada vez peor. Llegué a botarlo de la casa porque no podía más, habían sido años en el psiquiatra y el seguía tomando; cada vez fue más y yo ya no lo toleraba. Por suerte, llegamos a Andenes hace un año y medio y nuestras vidas han cambiado, lo han ayudado muchísimo. Estoy súper contenta, ya que aquel hombre al que le habían diagnosticado ser propenso al suicidio, hoy, interactúa y se desenvuelve normalmente. Cambió por completo, ahora nos entendemos mejor y solemos conversar sobre lo sucedido”.

ANDENES - Experiencia

MIGUEL:

“Mi experiencia con el alcohol es algo complicada ya que se inicia hace bastantes años cuando tenía 40 (nunca menciona su edad, se le calcula aproximadamente 70 años). Lo más crítico fue en el año 1992 cuando salí de trabajar del banco y mi situación con el alcohol estaba bien avanzada, tomaba muchísimo whisky. Lo más preocupante de mi adicción era la relación que tenía con mi familia, me había convertido en una persona amargada, complicada, alterada, etc. Mi familia ya no me aguantaba más, mi mujer me había botado de mi casa. Llegué al punto de aceptar una terapia solo para que dejaran de molestarme. De esta manera entré al psiquiatra, este junto con otro que tuve años después, me trataron durante 10 años y me recetaron todas las pastillas que se pueden imaginar, llegué a tomar más de 8 pastillas diarias; a veces, debido al alcohol que había tomado, me olvidaba de si había tomado o no las pastillas y volvía a tomarlas, era un gasto gigantesco, aproximadamente 800 soles al mes solo en pastillas, y eso que gastaba mucho más en trago. Un día, cuando estaba en casa de un pariente tomando, me metí, como los jóvenes dicen una trancasa y ese día le dijeron a mi mujer que mi situación ya era extrema y que debía buscar otro tipo de ayuda, así le recomendaron Andenes. Hace un año y medio que estoy aquí y las cosas cambiaron radicalmente de tomar muchísimas pastillas pasé a tomar 1/2. Ahora estoy tranquilo pero cuando recuerdo
tiempo atrás, se que perdí muchas cosas materiales, se que perdí muchas relaciones, muchas cosas pero ahora, las cosas han cambiado, hace un año y medio asisto a este centro y he comenzado a ayudar en terapia de grupo, aquí logro desarrollarme mejor y tener una mejor calidad de vida. Gracias a Andenes ahora mi filosofía de vida a cambiado y se basa en la honestidad”.

ANDENES - Experiencia

RAQUEL:
“Hace aproximadamente dos meses que asisto a Andenes para acompañar a mi marido, Mario. Seguimos un tratamiento familiar que consistió en asistir a Asia durante algunos días para poder entender mejor la enfermedad. Para mí, era súper complicada la situación, estaba asustada, cansada y lo único que pensaba era que mi matrimonio no estaba funcionando, ya había considerado divorciarme de el. Mario estaba acostumbrado a tomar demasiado y eso a mí me mortificaba. Hablé con el muchas veces pero nada solucionaba el problema, hasta que decidimos entrar en Andenes. Ahora, puedo asegurar que las cosas están súper bien, estoy contenta y me vuelvo a sentir tranquila como cuando tenía 17 años y recién empezaba a salir con Mario, ya que ha logrado estabilizarse y controlar todas sus emociones”.

ANDENES - Experiencia

ROSA:

"Debo reconocer que para mí, fue bastante difícil darme cuenta de que tenía una enfermedad. Actualmente, tengo 64 años y pasé toda mi vida torturada, fastidié a mi familia y ocasioné que se alejarán de mí. Hace tres meses que asisto a Andenes y podría asegurarles que las cosas, para mí y para mi familia, han cambiado radicalmente. Tengo cuatro hijos que tienen desde 24 a 38 años; dos de ellos tienen hijos y, por ello, soy abuela. Se que la relación que tenía con mis nietos no era buena y, para mis hijos, era complicada la situación. Toda mi vida me la pasé llevándome mal con mi familia, era una persona muy histérica, gritaba todo el día, me alteraba con facilidad y simplemente era algo que no podía controlar, me sentía distante. Dejaba que me usaran y me pisotearan; siempre puse a los demás antes que a mí. Llegué a Andenes hace tres meses con una situación emocional deplorable, estaba amargada y mi expresión facial era tosca, estaba acostumbrada a trabajar con empeño y a recurrir al alcohol cada vez que no podía más con la depresión. Mi esposo también es alcohólico. Cuando me di cuenta de que no podía seguir así, decidí asistir a Andenes y accedí al tratamiento. Durante 7 días estuve internada en una casa de Andenes que queda en Asia, lejos de todo, en medio de varios terrenos de cultivo, donde no existe nada más que la casa, donde nadie te fastidia, es un ambiente acogedor. En esta casa logré lo que no había logrado antes: la paz. El tratamiento consistió, principalmente, en no permitirme pensar. Lo que hacía todo el día junto con otra persona era leer, leíamos decenas de libros sin parar, no podíamos nisiquiera reflexionar porque teníamos que seguir la lectura, un párrafo era mío y otro de ella, así hasta el final del texto; muchas veces no entendí nada pero continúe haciéndolo. El objetivo es atacar la parte fisiológica del cerebro para cambiar tu forma de pensar o ver las cosas. Con lo que se trabaja es con la forma de vida que tú tienes y te ayudan a tener una filosofía de vida con mayor calidad. Para mí, la experiencia ha sido muy útil y estoy feliz de llevarla a cabo. Poco a poco, voy logrando manejar mis ansiedades y llevarme mejor con mi familia. Actualmente, mis cuatro hijos asisten a una sesión de grupo con un asesor que los orienta, no solo en relación a mi enfermedad, sino también en relación a sus propias vidas, pues debido a mi problema ellos tuvieron que vivir diferentes cosas y ahora, años después, trabajan con sus emociones para poder darles mejores oportunidades a sus hijos."

ANDENES - Charla informativa

Todos los sábados por las mañanas se invita a personas que presentan algún tipo de apego, y a sus familiares a recibir charlas informativas. Estas charlas permiten a todas las personas conocer un poco más sobre diferentes tipos de apego (adicción), sus causas y consecuencias, etc.

De las dos horas de sesión pudimos obtener una diversidad de información. Esta información será presentada en viñetas:

  • En el centro Andenes, no se trabaja con las adicciones como tal sino más bien con el apego que la persona puede desarrollar a las sustancias (alcohol), al comportamiento (obsesión sexual) y a las emociones (depresiones).
  • Las personas aprendemos por repetición y siempre tendemos a hacer lo mismo ante una situación repetitiva. Lo mismo pasa con los apegos, ante la repetición se genera una conducta. Para poder solucionar esto se debe reeducar al cerebro. En el alcohol es más fácil el proceso porque no tienes que volver a tomar, lo puedes dejar por completo pero, si eres adicto a otra cosa como la comida, es más complicado porque de todas maneras tienes que volver a ingerir alimentos.
  • Para lograr cambios significativos se tiene que atacar al nivel fisiológico del cerebro.
  • El alcoholismo es uno de los más severos y persistentes problemas que nuestra nación. Aproximadamente dos tercios (mayores de 18 años) toman una bebida alcohólica en el transcurso de un año. (Midanik y Room 1992).
  • El alcoholismo, como otras enfermedades serias, es el resultado de la compleja interacción de los sistemas biológicos y del comportamiento.
  • Según estudios científicos, una porción significante del alcoholismo es hereditaria.
  • El alcoholismo es considerado también un desorden independiente caracterizado por un deseo anhelante por el alcohol, una dependencia o una adicción consiste en beber excesivamente.
  • Se necesita que las personas tengan juicio crítico para que puedan relacionar sus acciones con sus consecuencias con el objetivo de no volverlas a cometer si es que estas conductas son inapropiadas.
  • La gente cuando tiene un problema, busca solucionarlo y la mejor manera de hacerlo es a nivel fisiológico.
  • No todas las personas de una misma familia sufren de apegos sino tan solo algunos de ellos ya que, otros miembros pueden tener alguna protección en el organismo que no genere el apego.
  • Lo que se busca es tener una mejor calidad de vida. El cambio es espiritual.
  • Después del tratamiento se sigue una filosofía de vida que se basa en los doce pasos del tratamiento Minnesota.

    El Cerebro
  • Cuando captamos un sonido este va a cambiar todo nuestro esquema de manera instantánea sin siquiera ingresar a nuestro cerebro, pero si pensamos en las sustancias que producen apego o adicción, la situación es mas grave ya que estas si ingresan al cerebro y lo reestructuran.
    Ej. Si Antonio esta en un carro con cinco personas y todas ellas le dicen que debe cruzar en la avenida mientras vienen autos. ¿Antonio cruzará?, definitivamente, no. La persona no cree en lo que el mundo le dice sino en lo que su cerebro le dice y por eso es importante el cuidado del mismo.
  • Cada persona se comporta y se desarrolla en la vida según su propia inducción, su propia forma de ver el mundo.

La Observación - ANDENES

Sábado 16 de mayo del 2009. 9:00 de la mañana. Llegamos a ANDENES porque estábamos citadas ese día y a esa hora. ANDENES es el centro de rehabilitación con el que hemos estado trabajando últimamente. Está ubicado en San Antonio, Miraflores. La dirección exacta es: Bartolomé Trujillo 143, Miraflores y la primera vez no fue tan fácil llegar como pensamos. Tuvimos que pedir referencias para descubrir que está situado aproximadamente a dos cuadras del Parque Tradiciones, lo que nos facilitó la llegada al centro.
Llegamos. Lo que hicimos por las siguientes casi cuatro horas fue observar charlas y conversar con algunos de los pacientes. Formamos parte de una especie de reunión informativa en la que se trató el tema del alcoholismo. A esta charla asistieron cinco personas, además del director del centro y nosotros.

La observación que realizamos podría ser descrita dentro de la clasificación por el nivel de participación del observador y podríamos decir que fue una observación participante. Ésta constituye una de las técnicas de la investigacion social. En ella, el investigador, nosotros en este caso, trata de integrarse al grupo o comunidad de sujetos de observación (los asistentes a la charla: pacientes y director), como un miembro más, participando en todas las acciones o actividades que estos desarrollan, pero informándoles de sus intenciones.

Todos los participantes de la charla sabían de nuestra presencia y de nuestras intenciones y ninguno tubo objeción alguna. Además, el observador participante busca comprende las cosas que observa desde el punto de vista de los sujetos de observación y no como alguien ajeno a la misma.

En otras palabras, este tipo de observación lo que quiere lograr es entender lo que se observa desde el punto de vista de los sujetos que son observados.

En las siguientes entradas encontrarán la descripción de todo lo que vimos, así como algunas experiencias de los pacientes con los que conversamos y una entrevista que realizamos a una paciente de 26 años. Además, podrán también enterarse de todo aquello de lo que trató la charla a la que asistimos, pues debido a que fue teórica y grupal, pudimos recaudar alguna información.

Para todo efecto práctico y mayor anonimidad, los nombres de las personas con las que conversamos han sido cambiados.

miércoles, 13 de mayo de 2009

martes, 5 de mayo de 2009

¿Cómo es el tratamiento?

Las personas con las que trabajaremos están en pleno tratamiento o estarán a punto de concluirlo, de manera que su estilo de vida ya se ha visto afectado por él.

El tratamiento es intensivo, ambulatorio y de corta duración, que se desarrolla bajo un modelo individualizado que ha sido previamente programado.


El programa está diseñado para ejecutarse en forma continua y personalizada con múltiples actividades desde las 8:30 de la mañana hasta las 7:00 de la noche de lunes a viernes y los sábados hasta la 1:00 de la tarde.


Dentro del tratamiento, el paciente recibe terapias complementarias, como yoga y/o Feldenkrais y/o Tai chi y un apoyo psicológico individual continuo.


Este modelo ambulatorio mantiene un contacto permanente con los familiares o seres queridos del paciente, lo que permite mejorar y armonizar la relación y comunicación familiar.


El programa es de una metodología y proyección lógica y sencilla, actuando a nivel de la mente, que es compleja y con características individuales.

La persona es acompañada y guiada en forma permanente y continua por un consejero especializado durante todo el tratamiento y posteriormente se mantiene una relación amical estrecha con el paciente y la familia.


Existen diferentes programas de recuperación:


  • Tratamiento ambulatorio de 28 días: durante la primera semana, el objetivo es brindar al paciente ambientes de tranquilidad con el fin de lograr una mente receptiva. Las siguientes tres semanas se llevan a cabo de manera ambulatoria.

  • Tratamiento de seis semanas: para pacientes no residentes en Lima.

  • Tratamiento de ocho semanas: para extranjeros, en inglés o en español.

Todos los tratamientos tienen un seguimiento obligatorio de dos meses, que consta de dos reuniones semanales de una hora en las noches; y de un compromiso amical para continuarlo por todo un año. Los pacientes podrán seguir asistiendo a estos seguimientos indefinidamente.

Modelo ANDENES


El modelo Andenes se basa en la filosofía de los Doce Pasos de Alcohólicos Anónimos, donde se define al alcoholismo como una enfermedad.


El modelo Andenes se centra en las características del proceso adictivo y de los componentes de la enfermedad y busca solucionar las deficiencias que presentan los pacientes como:



  • Desconocimiento que el apego o adicción es una enfermedad que es progresiva en el tiempo.

  • Negación de la enfermedad y sus consecuencias en la familia, el trabajo, la sociedad, etc.

  • Sentimiento de culpa y vergüenza por el o los apegos.

  • Falta de control en el consumo de sustancias, emociones y comportamientos.

  • Estados anímicos de irritabilidad, impaciencia, insatisfacción, grandiosidad, inconsistencia, volubilidad, etc.

  • Distorsión en relaciones familiares, sociales, laborales y otras.

Mediante este modelo, estos síntomas son tratados. De esta manera, el paciente y la familia se recuperan y logran llevar una vida normal de paz, tranquilidad y felicidad que merecen.

Una mirada distinta...


El alcoholismo es una dependencia con características de adicción a las bebidas alcohólicas. Se caracteriza por la necesidad de ingerir sustancias alcohólicas en forma relativamente frecuente, según cada caso, así como por la pérdida del autocontrol, dependencia física por el síndrome de abstinencia.


El alcoholismo supone un serio riesgo para la salud, pues puede llevar al riesgo de una muerte prematura por consecuencia de afecciones al hígado,
como la cirrosis hepática, hemorragias internas, intoxicación alcohólica, accidentes o suicidio.

El alcoholismo no está fijado por la cantidad de alcohol ingerida en un periodo determinado: personas afectadas por esta enfermedad pueden seguir patrones muy diferentes de comportamiento, existiendo tanto alcohólicos que consumen a diario, como alcohólicos que beben semanalmente, mensualmente, o sin una periodicidad fija.


El centro con el que trabajaremos, ANDENES, no trabaja con adicciones, sino que las trata como problemas de apego.

El apego es una enfermedad del cerebro y se produce por alteraciones en las vías cerebrales que llevan a un cambio en el pensamiento, lo cual se manifiesta en una distorsión en las emociones, comportamientos y actitudes de la persona afectada.


La adicción al alcohol, drogas, sustancias químicas, comida, juego y otros comportamientos compulsivos son enfermedades crónicas con factores genéticos subyacentes, que influenciados por factores externos se presentan en una de cada diez personas.


Es necesario brindar un tratamiento adecuado debido a que dichos cambios cerebrales se mantienen por largo tiempo, aún después de dejar el consumo.
El centro no solo trabaja con problemas de adicción o apego al alcohol, sino que, como ya dijimos, trabaja con todos los problemas de apego que existen. Nosotros hemos escogido trabajar con el apego al alcohol porque es un tema que, además de relacionarse con nuestra carrera, es muy común en nuestros días.

El grupo elegido...


Nuestro grupo esta conformado, en su mayoría, por personas que estudiamos psicología.


Por este motivo, decidimos trabajar y observar a un grupo de personas que tengan un estilo de vida que se incluya dentro de los conceptos teóricos que manejamos por la carrera.


Actualmente, llevamos un curso llamado Psicopatología I, para el que empleamos el uso de un manual de trastornos psicológicos: el DSM IV- TRAT que, en uno de sus ejes, hace mención a las adicciones y dentro de ellas a la adicción al alcohol.


En la actualidad, el tema de la adicción a sustancias como el alcohol es tan frecuente, que decidimos observar y realizar nuestro trabajo con ayuda de un centro de rehabilitación llamado ANDENES, que se encuentra ubicado en el distrito de Miraflores, con dirección: Bartolomé Trujillo 143.

Las personas con las que vamos a trabajar, son personas con problemas de adicción al alcohol que se encuentran en proceso de recuperación. Consideramos que su estilo de vida es distinto al nuestro, pues son personas que viven su vida de acuerdo a su situación. Están pensando, constantemente, en su recuperación y en el estilo de vida que desean tener. Viven el día a día como si fuera el último y aprenden a valorar cosas que nosotros damos por sentado; como por ejemplo, las relaciones familiares y de amigos, el trabajo, los estudios, y el tener una vida saludable en general.
El haber elegido trabajar con este grupo de gente, nos ayudará a tener una visión más amplia de la vida y a relfexionar sobre los distintos puntos de vista y maneras de ver la vida que podemos llegar a tener las personas acerca de la vida desde una perspectiva más amplia.
Asimismo, el trabajar con estas personas nos permitirá aplicar un enfoque psicológico sistémico, que consiste en comprender a la persona como un todo que es y está dentro de un sistema; que se relaciona con un mesosistema (familia) y con un macrosistema (comunidad) llegando, de esta manera, a entrelazar conocimientos y a entender de una manera más amplia de la rehabilitación y el estilo de vida de estas personas.
Para realizar el trabajo, utilizaremos materiales como entrevistas personales con especialistas en el tema como Felipe Koechlin, quien actualmente es el director del centro; asimismo, se realizará una entrevista la psicóloga encargada de las terapias y a un profesor de nuestra carrera: Edgar Rodríguez, debido a que tiene contacto con personas con diferentes adicciones o apegos.

Además, incluiremos dos o tres testimonios de vida de personas que han superado un apego al alcool y que han podido sobreponerse gracias al tratamiento. A estas personas les pediremos que nos cuenten cómo es su estilo de vida y que nos hablen de la visión que tienen del mundo y de la vida y cómo ésta se vio alterada.
A esto le agregaremos videos y afiches que lograrán explicar mucho mejor las características del grupo humano que hemos elegido. Con el permiso de la institución, observaremos algunas de las sesiones grupales para poder describir, desde nuestro punto de vista, cómo se desenvuelven estas personas después de los 28 días intensivos de tratamiento.